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Todos hemos escuchado la palabra LIDERAZGO más de una vez en nuestra vida. Todos sabemos que el liderazgo es importante para el desarrollo de una sociedad, y que hay muchos líderes alrededor del mundo. Sin embargo, muy pocas veces creemos que nosotros mismos somos capaces de ser líderes, porque tenemos la idea que los líderes son importantes figuras públicas, famosos o personas de un alto estatus económico, sin saber en realidad que el liderazgo reside en todos y cada uno de nosotros y en las cosas que hacemos día a día, por muy pequeñas que parezcan.
¿Qué es el liderazgo?
Existen varias definiciones del liderazgo según diferentes perspectivas: puede ser considerado una posición o un rol, un don, una actitud o una herramienta. Todas estas visiones son acertadas, pues el liderazgo nos da la capacidad de guiar a un grupo de personas al logro de un objetivo en común, y el liderazgo puede surgir de manera natural por las características que cada uno de nosotros posee.
Existen líderes en todos lados: en la escuela, en el trabajo, en los grupos sociales, en las comunidades, y la tarea principal de estos líderes es llevar al grupo a cumplir con éxito una tarea que los beneficie a todos.
Tal vez piensas en este momento: “Pues, yo no tengo a nadie a mi cargo en el trabajo, así que no puedo ser un líder”, o “Yo no pertenezco a un grupo grande, entonces no puedo ser un líder”. SORPRESA: TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS TENEMOS LA CAPACIDAD DE SER LÍDERES. No es necesario ser parte de un gran grupo, o tener un nivel de autoridad asignado, o ser el mejor sobre todos los demás. El liderazgo se mide en las acciones que haces y que generan un impacto positivo en los demás.
¿Por qué es importante?
Un buen líder debe motivar e inspirar a los demás, debe generar confianza y empoderar a toda persona que tenga contacto con él o ella. Un líder comparte esta habilidad con los demás para poder generar más líderes. Es por ello que el liderazgo es una herramienta o cualidad de suma importancia para la vida.
No existe un manual que nos diga cómo ser buenos líderes, ya que cada uno de nosotros somos diferentes y tenemos distintas formas de desenvolvernos, comunicarnos y aplicar nuestras habilidades. Nuestras acciones día a día son las que definen nuestro liderazgo.
Y si sigues pensando que tú no puedes ser líder, piensa: ¿Cuándo fue la última vez que aconsejaste a un amigo cuando tenía un problema?, ¿Cuándo fue la última vez que ayudaste a tu hijo, hermano, compañero con una tarea?, ¿Cuándo fue la última vez que ayudaste a un extraño? Todos los días hacemos cosas que parecen ordinarias para nosotros, pero para las personas que reciben nuestra buena acción, es algo que cambia su día, algo que los motiva a creer en ellos mismos y a seguir adelante.
¿Cómo comparto esta idea?
Pero, ¿yo cómo puedo fomentar el liderazgo en mi grupo? Lo más importante es conocer y aceptar que TÚ, YO y TODOS podemos ser líderes, y nuestras acciones definen el rumbo de nuestro liderazgo. No es mejor líder el que tiene más seguidores, sino aquel que es capaz de motivar a los demás a convertirse en mejores versiones de sí mismos y así contagiar y seguir motivando cada vez a más personas. Parece algo muy simple, y lo es, pero requiere constancia y una excelente actitud de cambiar el mundo un paso a la vez, o en este caso, una acción a la vez.